Beatriz Sevilla Garnica, Bea

Beatriz Sevilla Garnica, Bea
Psicóloga habilitada sanitaria, fundadora y titular de la Clínica Teneas (NICA41312)

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el Blog de Bea
21
11/2021

Necesidad de cariño. Propuestas para regularla.

El amor es una necesidad afectiva básica pero... ¿tenemos todos las mismas necesidades de cariño? ¿A qué se debe?

¿Porqué algunas personas tienen necesidad de continuas muestras de amor y cariño? ¿Y sin embargo hay otras que con pocas muestras tienen suficiente?

¿Nos hemos preguntado alguna vez nosotros a cuál de estos dos grupos pertenecemos?

Las personas que necesitan la aprobación o reconocimientocontinuo de los demás lo pasan muy mal, sufren mucho por cualquier situación, ya que interpretan todo en función de si han quedado bien o mal y se juzgan continuamente, queriendo escudriñar en el pensamiento ajeno cualquier dato que les ayude a tener la certeza de lo que los otros piensan realmente de ellos.

Esta necesidad de control del pensamiento ajeno les hace perder el rumbo y darles mucha importancia a aspectos superficiales: que habrá pensado de esto que he dicho, y si cambiara esto de mi físico, y si yo fuera como Fulanito/a… Suelen sufrir mucho de celos y sentirse fácilmente excluido en las relaciones de más de dos personas (de 3, 4 ó más personas).

Aunque en cada persona habría que concretar las causas, con gran frecuencia se debe a altos ideales que presionan al individuo y le dicen cuál es la manera perfecta de hacer las cosas para que todos la aprueben. El problema es que es imposible contentar a todo el mundo y que cuando nos empeñamos, estamos tan pendiente de ello que perdemos autenticidad, conexión con nuestro propio mundo interno y por lo tanto nos empobrecemos a nivel afectivo.

Posicionarse en el extremo opuesto, tampoco es la solución, pues la persona egocéntrica que impone su voluntad primando sólo su deseo frente a losdemás, antes o después, es evitada por todo el mundo y no le es fácil encontrar víctimas de las que aprovecharse.

Algunas propuestas podrían ser la siguientes:
Trabajar  sobre nuestro autoconocimiento, y valorar nuestras verdaderas cualidades, quizás sencillas pero muy valiosas.
Pensar cual sería nuestra voluntad en cada momento y decidir cuándo hacer las cosas por los otros y cuando por nosotros, intentando equilibrar la balanza.
No conformarse  con las situaciones que nos generan malestar, pensar cómo transformarlas poco a poco, teniendo en cuenta a los demás.
Darle valor  al disfrute y encontrar motivos para la diversión y la satisfacción.