Beatriz Sevilla Garnica, Bea

Beatriz Sevilla Garnica, Bea
Psicóloga habilitada sanitaria, fundadora y titular de la Clínica Teneas (NICA41312)

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el Blog de Bea
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04/2022

Pensar los límites en la educación, una necesidad de nuestro tiempo

¿Cómo ayudar a un niño a crecer sin cambiarle su propio carácter?

Disciplinar a un niño no es cambiarle supropio carácter.

Es ayudarle a que vaya desarrollando poco apoco su personalidad a la vez que aprende a tener en cuenta a las demáspersonas.

 

Losniños necesitan descubrir y comprender el entorno, para poder adecuar susconductas y desarrollar su individualidad. Por su desconocimiento ydependencia, desean recibir cualquier información que les sirva para aprender ytener sensación de control. Los padres, a través de la relación con sus hijosen el día a día, ayudan a éstos a sacar conclusiones adecuadas a suentendimiento, pero esto normalmente lleva tiempo, porque necesitanexperimentar y equivocarse para aprender. Los padres poco a poco, se vanganando la confianza y la admiración de sus hijos, si ellos los perciben comodisponibles la mayor parte del tiempo, sabios y amorosos.

 

No es lo mismo unberrinche que un capricho, ni debe de ser tratado del mismo modo.

 

BERRINCHE:

 

Esun malestar interno ante la impotencia y dependencia que siente el niño continuamente.

Elniño reacciona con una explosión de afecto (llanto) ante un estímulo cualquiera que le desconcierta en ese momento. No lo hacecontra nadie.

Hay que consolar al niño para que su sufrimientointerno sea menor, transmitiéndole tranquilidad y comprensión.

 

CAPRICHO:

 

Elniño quiere imponer su criterio en situaciones que perjudican a otros (mamá,papá, compañeros, hermanos…).

Es un pulso con el entorno, y de su resolución dependeque desarrolle su empatía o no.

Hay que ser claros y firmes con normas quesean adecuadas a su edad, y hacer lo posible para que se cumplan (frenar,apartar, usar tono de voz serio y contundente, retirar cosas que pudierandañar…). Esto prepara a los niños para la vida, y les da confianza en ellosmismos para la resolución de dificultades futuras.

 

¿Cuántasveces tenemos que repetir las cosas para que las aprendan?

 

Muchas,la cosa es probar hasta encontrar la mejor para nuestro pequeño, dar muchosmensajes de muchas maneras distintas, para que vayan poco a poco comprendiendoel sentido afectivo de las normas (estar todos más a gusto, querernos más,encontrar el gusto por agradar, gustarnos nuestra forma de ser…).

Nuestraautoridad como padres nos la conceden nuestros hijos, y tenemos que ganárnosladía a día, creando una relación cercana, en la que reine: la admiración, laconfianza, el cariño y el respeto mutuo.

 

¿Qué hacer cuando nuestro/a hijo/a semuestra cada vez más inquieto/a y nervioso/a? ¿Cuándo de una travesura pasadirectamente a otra y cada vez son más peligrosas o molestas para los demás?¿No será que con su comportamiento nos quiere decir algo?

 

Hay tres ideas que nos pueden ayudar a comprender y cambiar el rumbo de esta situación. Situación molesta tanto paralos padres como para los propios niños, ya que se producen frecuentes discusionesy dañan las relaciones.

 

1ª IDEA:

Para llegar a adquirir autodominio, los niños debende haber experimentado previamente un control externo en determinadas situaciones. Es necesarioponer ciertos límites desde fuera, para que el niño pueda con el tiempoadquirir control y autodominio. Primero muy pocos (esperar, frenar, atender…)para luego poner más (ayudar, compartir, no molestar…). Educar a un niño esayudarle a pensar, a encontrar soluciones en las que nadie pierda siempre, sinperder nunca de vista su propio deseo ni a las demás personas. Las normasfamiliares, los horarios escolares, los hábitos de higiene… rara vez se asumendirectamente y sin conflictos.

 

2ª IDEA:

Los límites se construyen sobre una relaciónamorosa. Hay que crear momentos de juego, calma y bienestar, donde ser susmodelos y transmitir afectos, valores y conocimientos que los niños puedaninteriorizar y les ayuden a sentirse valiosos para afrontar las relaciones, susdeseos y la vida. Con el juego, los cuentos y las palabras enseñamos a losniños a conectar con sus emociones (alegría, rabia, frustración, miedo,tristeza…) y gestionarlas mejor para su “yo” del futuro.

 

3ª IDEA:

Es importante poner límite al deseo paradesarrollar su autonomía. A medida que los niños crecen hay que irdiferenciando las necesidades físicas (comer, dormir, pipí, caca…) de losdeseos (que me den de comer, dormir con alguien, hacer pipí y caca cuandoquiera y donde quiera, que me vistan, que me bañen…). Todo lo que ellos puedanconseguir por sí solos con su cuerpo, aunque sea con ayuda, les va a generarautonomía y autoestima. A medida que crecen, es preferible dar cariño y afectoen los momentos de juego que con los cuidados.

 

  

Bea Sevilla. Psicóloga especialista en ConciliaciónEmocional. AN04275

Directora Clínica Teneas (NICA 41312)